Me gusta el sol de la mañana que entra por mi ventana, leer el diario en el cafe de la esquina tomando un submarino un sábado a la mañana, me gusta la playa en el verano y la ciudad en invierno. Me gusta el viento, los relojes antiguos, los autos negros y cuadernos usados escritos hasta los márgenes. Los días de lluvia, la gente que lee mucho, el arcoiris, la danza, los viajes largos , la familia un domingo al mediodía. Me gusta salir con mis amigos, que me cuenten chistes, las noches de tormenta, crear figuras con las nubes, mirar las estrellas en verano. Desaparecer y que nadie sepa de mi por tres días, el color azul eléctrico y el aroma de las flores en primavera. Me gusta ir al cine, escuchar música tranquila antes de dormir, recorrer la ciudad en auto un sábado a la tarde y que el viento me pegue en la cara desde la ventanilla. Me gusta soñar despierta, ver la luna desde la terraza, quedarme en el balcón por horas, me gusta el café y también el mate. Encontrarme con gente, tu perfume, sentir tus labios sobre los míos, los abrazos largos, las sonrisas compartidas. Me gusta leer a la noche, imaginar mi futuro, los bombones rellenos de licor, los bancos de la plaza, las palmeras y animales poco domésticos. Me gusta conocerme, coincidir en gustos con la gente que menos conosco, las fotografías, mis amigos. Sentir su piel, escuchar sus canciones, el sábado a la noche, el cielo en cada horario del día, ir a caminar por la ciudad, las vidrieras de negocios de ropa, cualquier cosa que tenga que ver con países árabes, la confianza, las fiestas de disfraces, ser misteriosa, ser libre. Me gusta tener presente la mirada que crucé con algún muchacho de la calle, los judíos, los nenes chiquitos, las plazas con rejas, las ciudades grandes. La gente de pueblo, el asado del domingo, el ilusionismo, recitales de rock, el sonido de la lluvia cuando roza un techo de chapa. Me gusta escribir, escribir y escribir...